19 de enero de 2010

Terremoto en Haití: rápida respuesta humanitaria, pero excesiva militarización de la ayuda

Aida Sánchez /CanalSolidario.org

Hablamos con Francisco Rey Marcos, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria. Su primer balance ante la emergencia en Haití es positivo, aunque alerta de la excesiva militarización de la ayuda y de los peligros de la descoordinación y de ciertas prácticas de las ONG.

¿Cómo valoras la primera respuesta que se está dando a la crisis de Haití?
La respuesta ha sido muy rápida, mucho más que en otros casos de desastres humanitarios, y eso es un punto muy positivo. La cercanía de Haití con países como Cuba o Estados Unidos y el hecho de que hubiera una fuerte presencia de la ONU y de ONG internacionales en el país también ha jugado a su favor.

Antes de 24 horas tras la emergencia se había conseguido movilizar recursos e incluso los primeros cooperantes internacionales llegaban a Puerto Príncipe hecho que, lamentablemente, no es habitual.

Sin embargo adviertes del peligro de repetir errores del pasado en cuanto a coordinación en la acción humanitaria.
Sí. Las reacciones de algunos países y las declaraciones de sus líderes, o la actitud de algunas ONG, nos hacen pensar que el patrón de respuesta puede repetir errores que ya fueron analizados y evaluados tras la gran respuesta humanitaria al tsunami asiático y otras grandes crisis, y ponen de manifiesto las dificultades para aprender del sistema humanitario.

¿Qué errores se tendrían que evitar en este caso?
La gran debilidad del propio Estado haitiano antes de la crisis y el caos y las dificultades en la distribución como consecuencia del terremoto, además de la falta de liderazgo y de orden, convierten al país en un campo abonado para la descoordinación y las injerencias.

Uno de los primeros puntos preocupantes que detectamos es la excesiva militarización de la ayuda. En Haití, donde MINUSTAH tiene medios y mandato para trabajar en la asistencia tras el desastre, se deben potenciar esos medios y los medios civiles, tanto de organismos internacionales como de ONG. Pero lo primero que ha hecho Estados Unidos, por ejemplo, es enviar portaaviones militares, como si Haití fuera un barrio más de Nueva Orleans, cuando Haití es un Estado soberano. Sobrecargar el componente militar es un error como ya se valoró tras el tsunami asiático de 2004.

Es de vital importancia separar las funciones de los militares y la de los trabajadores humanitarios. Los militares pueden colaborar, por ejemplo, en las tareas de desescombro o con la maquinaria pesada que sólo ellos poseen, pero de las necesidades de la población, del reparto de subministros, etc., deben encargarse los actores humanitarios.

También es importante que no vuelven a despreciarse los medios locales. Se deben incorporar los medios locales desde el principio. Es evidente que en este caso son muy escasos y que Haití es un Estado muy frágil con una carencia enorme de recursos públicos para enfrentar una tragedia de esta magnitud. Pero si la ayuda internacional trabaja al margen del Estado, lo que hace es contribuir a fragilizar y deslegitimar aún más el débil Estado haitiano. Si no, cuando se va la ayuda humanitaria queda una gran dependencia y es muy complicado de manejar.


Te animamos a que leas la entrevista íntegra en:

http://www.canalsolidario.org/noticia/terremoto-en-haiti-rapida-respuesta-humanitaria-pero-excesiva-militarizacion-de-la-ayuda/22669

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